sábado, dezembro 23, 2006

A prenda que eu gostaria de receber este Natal seria não me sentir o maisestúpido dos idealistas sempre que em dou ao trabalho de andar (a pé, poisclaro) umas centenas de metros carregado com materiais recicláveis até aoEcoponto mais próximo. Sonho com o dia em que esta autarquia e a sua máquinapolítico-partidária, ao invés de gastarem uma obscenidade de dinheiro empropaganda asquerosamente demagógica e hipócrita (passo a redundância),sejam capazes de nos informar sobre quantas toneladas de resíduosefectivamente mandam para reciclar (diferenciando os matérias e as empresasenvolvidas no processo) e quanto é que todos nos beneficiámos com as verbasque, em trocam a Sociedade Ponto Verde (SPV) entrega às autarquias. Ou seja,com a brincadeira irresponsável de fingirem que participam na reciclagem, oexecutivo camarário está, não a+penas a gozar com as pessoas de boa índole e a hipotecar o nosso futuro, mas também a desperdiçar verbas preciosas, oque, no fundo, se traduz em mais um roubo aos contribuintes (que depois sãoobrigados pelo governo a custear as fábricas de veneno que são asincineradoras...) e num grave problema de saúde pública que irá,inevitavelmente, explodir na cara dos nossos filhos. (Já agora, tenteminformar-se de quanto é que a SPV paga por tonelada de plástico encaminhadopara a reciclagem e depois tentem calcular quanto dinheiro é que a autarquiaestá, literalmente, a deitar para o lixo... E a "oposição", importa-se?!...)Suponho os nossos políticos mais excelsos convidaram o Pai Natal e o MeninoJesus para festejarem a consoada juntos, degustando finas iguarias e discutindosobre carros de luxo e futebol, enquanto se divertem a ver 30 mil crianças quediariamente morrem de desnutrição...( Pois, são "pretos" e"vermelhos" e por isso não contam...) Assim, não admira que se tenhamesquecido da minha prenda.
Já se sabe que o nosso Rei se sente confortável entre uma vaca e um burro… Todos percebem que estou a falar do presépio, não é? Este frio de rachar não contribui para que o Senhor deixe de anelar por luvas…

Bem hajam os pobrezinhos por darem a oportunidade às pessoas "de bem" demostrarem à comunidade que merecem ser canonizadas por, uma vez por ano, seremcapazes de lhes dar um óbolo inútil...

sexta-feira, dezembro 22, 2006

Nesta época dominada pelo consumismo irresponsável e pela hipocrisia “cristã”, dedico aos nossos políticos terceiro-mundistas os seguintes versículos da bíblia:
- S. João 2:19 ; 3:18
- Apocalipse 18:15 ; 7:3
- Levítico 19:11

- (S. Paulo) aos Romanos 3:10-17
aos Hebreus 10:32
- S. Tiago 2:6
- Habacuc 2:9


Claro que isto tem muito mais piada se lerem em voz alta com pronúncia da Guarda ou de Viseu, num tom grave mas condescendente…
PB

terça-feira, dezembro 19, 2006

«O género humano recorre à religião quando perdeu as esperanças no amparo danatureza. Daí por que as guerras religiosas são tão sangrentas e os libertinos se tornam tão religiosos quando envelhecem» - Gian Battista Vico

terça-feira, dezembro 12, 2006

La religión del Automóvil
Por Eduardo Galeano *

Con el Dios de cuatro ruedas ocurre lo que suele ocurrir con los dioses: nacen al servicio de la gente, mágicos conjuros contra el miedo y la soledad, y terminan poniendo a la gente a su servicio. La religión del automóvil, con su Vaticano en Estados Unidos de América, tiene al mundo de rodillas.
I. Liturgia del divino motor
Con el dios de cuatro ruedas ocurre lo que suele ocurrir con los dioses: nacen al servicio de la gente, mágicos conjuros contra el miedo y la soledad, y terminan poniendo a la gente a su servicio. La religión del automóvil, con su Vaticano en Estados Unidos de América, tiene al mundo de rodillas.
Seis, seis, seis

La imagen del Paraíso: cada estadounidense tiene un auto y un arma de fuego. En Estados Unidos se concentra la mayor cantidad de automóviles y también el arsenal más numeroso, los dos negocios básicos de la economía nacional. Seis, seis, seis: de cada seis dólares que gasta el ciudadano medio, uno se consagra al automóvil; de cada seis horas de vida, una se dedica a viajar en auto o a trabajar para pagarlo; y de cada seis empleos, uno está directa o indirectamente relacionado con la violencia y sus industrias. Cuanta más gente asesinan los automóviles y las armas, y cuanta más naturaleza arrasa, más crece el Producto Nacional Bruto.
Como bien dice el investigador alemán Winfried Wolf, en nuestro tiempo las fuerzas productivas se han convertido en fuerzas destructivas.
¿Talismanes contra el desamparo o invitaciones al crimen? La venta de autos es simétrica con la venta de armas, y bien podría decirse que forma parte de ella: los accidentes de tránsito matan y hieren cada año más estadounidenses que todos los estadounidenses muertos y heridos a lo largo de la guerra de Vietnam, y el permiso de conducir es el único documento necesario para que cualquiera pueda comprar una metralleta y con ella cocine a balazos a todo el vecindario.
El permiso de conducir no sólo se usa para estos menesteres, sino que también es imprescindible para pagar con cheques o cobrarlos, para hacer un trámite o firmar un contrato. En Estados Unidos, el permiso de conducir hace las veces de documento de identidad. Los automóviles otorgan identidad a las personas.
Los aliados de la democracia
El país cuenta con la nafta más barata del mundo, gracias a los presidentes corruptos, los jeques de lentes negros y los reyes de opereta que se dedican a malvender petróleo, a violar derechos humanos y a comprar armas estadounidenses. Arabia Saudita, pongamos por caso, que figura en los primeros lugares de las estadísticas internacionales por la riqueza de sus ricos, la mortalidad de sus niños y las atrocidades de sus verdugos, es el principal cliente de la industria estadounidense de armamentos. Sin la nafta barata que proporcionan estos aliados de la democracia, no sería posible el milagro: en Estados Unidos, cualquiera puede tener auto, y muchos pueden cambiarlos con frecuencia. Y si el dinero no alcanza para el último modelo, ya se venden aerosoles que dan aroma a nuevo al vejestorio comprado hace tres o cuatro años, el autosaurio ése.
Dime qué coche tienes y te diré quién eres, y cuánto vales. Esta civilización que adora los automóviles, tiene pánico de la vejez: el automóvil, promesa de juventud eterna, es el único cuerpo que se puede cambiar.
La jaula
A este cuerpo, el de cuatro ruedas, se consagra la mayor parte de la publicidad en la televisión, la mayor parte de las horas de conversación y la mayor parte del espacio de las ciudades. El automóvil dispone de restoranes, donde se alimenta de nafta y aceite, y a su servicio están las farmacias donde compra remedios, los hospitales donde lo revisan, lo diagnostican y lo curan, los dormitorios donde duerme y los cementerios donde muere.
Él promete libertad a las personas, y por algo las autopistas se llaman freeways, caminos libres, y sin embargo actúa como una jaula ambulante. El tiempo de trabajo humano se ha reducido poco o nada, y en cambio año tras año aumenta el tiempo necesario para ir y venir al trabajo, por los atolladeros del tránsito que obligan a avanzar a duras penas y a los codazos.
Se vive dentro del automóvil, y él no te suelta.
Drive-by shooting: sin salir del auto, a toda velocidad, se puede apretar el gatillo y disparar sin mirar a quién, como se estila ahora en las noches de Los Ángeles. Drive-thru teller, drive-in restaurant, drive-in movies: sin salir del auto se puede sacar dinero del banco, cenar hamburguesas y ver una película. Y sin salir del auto se puede contraer matrimonio, drive-in marriage: en Reno, Nevada, el automóvil entra bajo los arcos de flores de plástico, por una ventanilla asoma el testigo y por la otra el pastor, que Biblia en mano os declara marido y mujer, y a la salida una funcionaria, provista de alas y de halo, entrega la partida de matrimonio y recibe la propina, que se llama Love donation.
El automóvil, cuerpo renovable, tiene más derechos que el cuerpo humano, condenado a la decrepitud. Estados Unidos de América ha emprendido, en estos últimos años, la guerra santa contra el demonio del tabaco. En las revistas, la publicidad de los cigarrillos está atravesada por obligatorias advertencias a la salud pública. Los anuncios advierten, por ejemplo: "El humo del tabaco contiene monóxido de carbono". Pero ningún anuncio de automóviles advierte que mucho más monóxido de carbono contiene el humo de los coches. La gente no puede fumar. Los autos, sí.
II. El ángel exterminador
En 1992 hubo un plebiscito en Amsterdam. Los habitantes de la ciudad holandesa resolvieron reducir a la mitad el espacio, ya muy limitado, que ocupan los automóviles. Tres años después se prohibió el tránsito de autos privados en todo el centro de la ciudad italiana de Florencia, prohibición que se extenderá a la ciudad entera a medida que se multipliquen los tranvías, las líneas de metro, las vías peatonales y los autobuses. También las ciclovías: pronto se podrá atravesar toda la ciudad sin riesgos, por cualquier parte, pedaleando en un medio de transporte que cuesta poco, no gasta nada, no invade el espacio humano ni envenena el aire, y que fue inventado, hace cinco siglos, por un vecino de Florencia llamado Leonardo da Vinci.
Mientras tanto, un informe oficial confirmaba que los automóviles ocupan un espacio bastante mayor que las personas en la ciudad estadounidense de Los Angeles, pero allí a nadie se le ocurrió cometer el sacrilegio de expulsar a los invasores.
¿A quién pertenecen las ciudades?
Amsterdam y Florencia son excepciones a la regla universal de la usurpación. El mundo se ha motorizado aceleradamente, a medida que han ido creciendo las ciudades y las distancias, y los medios públicos de transporte han cedido paso al coche privado. El presidente francés Georges Pompidou lo celebraba diciendo que "es la ciudad la que debe adaptarse a los automóviles, y no al revés", pero sus palabras cobraron sentido trágico cuando se reveló que habían aumentado brutalmente los muertos por contaminación en la ciudad de París, durante las huelgas de fines del año pasado: la paralización del metro había multiplicado los viajes en automóvil y había agotado las existencias de mascarillas antiesmog.
En Alemania, en 1950, los trenes, autobuses, metros y tranvías realizaban las tres cuartas partes del transporte de personas; actualmente, suman menos de una quinta parte. El promedio europeo ha caído al 25 por ciento, lo que es todavía mucho si se compara con Estados Unidos, donde el transporte público, virtualmente exterminado en la mayoría de las ciudades, sólo llega al cuatro por ciento del total.
Henry Ford y Harvey Firestone eran íntimos amigos, y ambos se llevaban de lo más bien con la familia Rockefeller. Ese cariño recíproco desembocó en una alianza de influencias que mucho tuvo que ver con el desmantelamiento de los ferrocarriles y la creación de una vasta telaraña de carreteras, luego convertidas en autopistas, en todo el territorio estadounidense. Con el paso de los años se ha hecho cada vez más apabullante, en Estados Unidos y en el mundo entero, el poder de los fabricantes de automóviles, los fabricantes de neumáticos y los industriales del petróleo. De las sesenta mayores empresas del mundo, la mitad pertenece a esta santa alianza o está de alguna manera ligada a la dictadura de las cuatro ruedas.
Datos para un prontuario

Los derechos humanos se detienen al pie de los derechos de las máquinas. Los automóviles emiten impunemente un cóctel de muchas sustancias asesinas. La intoxicación del aire es espectacularmente visible en las ciudades latinoamericanas, pero se nota mucho menos en algunas ciudades del norte del mundo. La diferencia se explica, en gran medida, por el uso obligatorio de los convertidores catalíticos y de la nafta sin plomo, que han reducido la contaminación más notoria de cada vehículo en los países de mayor desarrollo. Sin embargo, la cantidad tiende a anular la calidad, y estos progresos tecnológicos van reduciendo su impacto positivo ante la proliferación vertiginosa del parque automotor, que se reproduce como si estuviera formado por conejos.
Visibles o disimuladas, reducidas o no, las emisiones venenosas forman una larga lista criminal. Por poner tan sólo tres ejemplos, los técnicos de Greenpeace han denunciado que proviene de los automóviles no menos de la mitad del total del monóxido de carbono, del óxido de nitrógeno y de los hidrocarburos que tan eficazmente están contribuyendo a la demolición del planeta y de la salud humana.
"La salud no es negociable. Basta de medias tintas", declaró el responsable de transportes de Florencia, a principios de este año, mientras anunciaba que ésa será "la primera ciudad europea libre de automóviles". Pero en casi todo el resto del mundo, se parte de la base de que es inevitable que el divino motor sea el eje de la vida humana, en la era urbana.
Copiamos lo peor
El ruido de los motores no deja oír las voces que denuncian el artificio de una civilización que te roba la libertad para después vendértela, y que te corta las piernas para obligarte a comprar automóviles y aparatos de gimnasia. Se impone en el mundo, como único modelo posible de vida, la pesadilla de ciudades donde los autos mandan, devoran las zonas verdes y se apoderan del espacio humano. Respiramos el poco aire que ellos nos dejan; y quien no muere atropellado, sufre gastritis por los embotellamientos.
Las ciudades latinoamericanas no quieren parecerse a Amsterdam o a Florencia, sino a Los Angeles, y están consiguiendo convertirse en la horrorosa caricatura de aquel vértigo. Llevamos cinco siglos de entrenamiento para copiar en lugar de crear. Ya que estamos condenados a la copianditis, podríamos elegir nuestros modelos con un poco más de cuidado. Anestesiados como estamos por la televisión, la publicidad y la cultura de consumo, nos hemos creído el cuento de la llamada modernización, como si ese chiste de mal gusto y humor negro fuera el abracadabra de la felicidad.
III. Los espejos del paraíso
La publicidad habla del automóvil como una bendición al alcance de todos. ¿Un derecho universal, una conquista democrática? Si fuera verdad, y todos los seres humanos pudieran convertirse en felices propietarios de este medio de transporte convertido en talismán, el planeta sufriría muerte súbita por falta de aire. Y antes, dejaría de funcionar por falta de energía. Nos queda petróleo para dos generaciones. Ya hemos quemado en un ratito una gran parte del petróleo que se había formado a lo largo de millones de años. El mundo produce autos al ritmo de los latidos del corazón, más de uno por segundo, y ellos están devorando más de la mitad de todo el petróleo que el mundo produce.
Por supuesto, la publicidad miente. Los numeritos dicen que el automóvil no es un derecho universal, sino un privilegio de pocos. Sólo el 20 por ciento de la humanidad dispone del 80 por ciento de los autos, aunque el cien por ciento de la humanidad tenga que sufrir las consecuencias. Como tantos otros símbolos de la sociedad de consumo, éste es un instrumento que está en manos del norte del mundo y de las minorías que en el sur reproducen las costumbres del norte y creen, y hacen creer, que quien no tiene permiso de conducir no tiene permiso de existir.
El 85 por ciento de la población de la capital de México viaja en el 15 por ciento del total de vehículos. Uno de cada diez habitantes de Bogotá es dueño de nueve de cada diez automóviles. Aunque la mayoría de los latinoamericanos no tiene el derecho de comprar un auto, todos tienen el deber de pagarlo. De cada mil haitianos, sólo cinco están motorizados, pero Haití dedica un tercio de sus importaciones a vehículos, repuestos y nafta. Un tercio dedica, también, El Salvador. Según Ricardo Navarro, especialista en estos temas, el dinero que Colombia gasta cada año para subsidiar la nafta, alcanzaría para regalar dos millones y medio de bicicletas a la población.
El derecho de matar
Un solo país, Alemania, tiene más automóviles que la suma de todos los países de América Latina y África. Sin embargo, en el sur del mundo mueren tres de cada cuatro muertos en los accidentes de tráfico de todo el planeta. Y de los tres que mueren, dos son peatones.
En eso, al menos, no miente la publicidad, que suele comparar al auto con un arma: acelerar es como disparar, proporciona el mismo placer y el mismo poder. La cacería de los caminantes es frecuente en algunas de las grandes ciudades latinoamericanas, donde la coraza de cuatro ruedas estimula la tradicional prepotencia de los que mandan y de los que actúan como si mandaran. Y en estos últimos tiempos, tiempos de creciente inseguridad, al impune matonismo de siempre se agrega el pánico a los asaltos y a los secuestros. Cada vez hay más gente dispuesta a matar a quien se le ponga delante. Las minorías privilegiadas, condenadas al miedo perpetuo, pisan el acelerador a fondo para aplastar la realidad o para huir de ella, y la realidad es una cosa muy peligrosa que ocurre al otro lado de las ventanillas cerradas del automóvil.
El derecho de invadir
Por las calles latinoamericanas circula una ínfima parte de los automóviles del mundo, pero algunas de las ciudades más contaminadas del mundo están en América Latina.
La imitación servil de los modelos de vida de los grandes centros dominantes, produce catástrofes. Las copias multiplican hasta el delirio los defectos del original. Las estructuras de la injusticia hereditaria y las contradicciones sociales feroces han generado ciudades que crecen fuera de todo posible control, gigantescos frankensteins de la civilización: la importación de la religión del automóvil y la identificación de la democracia con la sociedad de consumo, tienen, en esos reinos del sálvese quien pueda, efectos más devastadores que cualquier bombardeo.
Nunca tantos han sufrido tanto por tan pocos. El transporte público desastroso y la ausencia de ciclovías hace obligatorio el uso del automóvil, pero la inmensa mayoría, que no lo puede comprar, vive acorralada por el tráfico y ahogada por el esmog. Las aceras se reducen, hay cada vez más parkings y cada vez menos barrios, cada vez más autos que se cruzan y cada vez menos personas que se encuentran. Los autobuses no sólo son escasos: para peor, en muchas ciudades el transporte público corre por cuenta de unos destartalados cachivaches que echan mortales humaredas por los caños de escape y multiplican la contaminación en lugar de aliviarla.
El derecho de contaminar
Los automóviles privados están obligados, en las principales ciudades del norte del mundo, a utilizar combustibles menos venenosos y tecnologías menos cochinas, pero en el sur la impunidad del dinero es más asesina que la impunidad de las dictaduras militares. En raros casos, la ley obliga al uso de nafta sin plomo y de convertidores catalíticos, que requieren controles estrictos y son de vida limitada: cuando la ley obliga, se acata pero no se cumple, según quiere la tradición que viene de los tiempos coloniales.
Algunas de las mayores ciudades latinoamericanas viven pendientes de la lluvia y el viento, que no limpian de veneno el aire, pero al menos se lo llevan a otra parte. La ciudad de México vive en estado de perpetua emergencia ambiental, provocada en gran medida por los automóviles, y los consejos del gobierno a la población, ante la devastación de la plaga motorizada, parecen lecciones prácticas para enfrentar una invasión de marcianos: evitar los ejercicios, cerrar herméticamente las casas, no salir, no moverse.
Los bebés nacen con plomo en la sangre y un tercio de los ciudadanos padece dolores crónicos de cabeza.
-O usted deja de fumar, o se muere en un año -advirtió el médico a un amigo mío, habitante de la ciudad de México, que no había fumado ni un solo cigarrillo en toda su vida.
La ciudad de San Pablo respira los domingos y se asfixia los días de semana. Año tras año se va envenenando el aire de Buenos Aires, al mismo ritmo en que crece el parque automotor, que el año pasado aumentó en medio millón de vehículos. Santiago de Chile está separado del cielo por un paraguas de esmog, que en los últimos quince años ha duplicado su densidad, mientras también se duplicaba, casualmente, la cantidad de automóviles.
www.ecoportal.net
* Eduardo GaleanoPublicado en Brecha, Montevideo, en 1996

quarta-feira, dezembro 06, 2006


A única coisa de que tenho boas memórias do tempo em que me impingiam ignorância e preconceitos no ensino formal era quando os professores faltavam de forma inesperada.
F(e)riadooooo!!!!!! – gritávamos de contentamento, enquanto corríamos para fora do estabelecimento de ensino.
Actualmente ainda me dou ao trabalho de ir até algumas escolas (como resposta às solicitações de alguns professores extraordinários que se esforçam por fazer a diferença num sistema de ensino que tem profundas deficiências de base) a fim de realizar (em regime de voluntariado) sessões de sensibilização ambiental. Para os garotos que acham isso uma seca, talvez eu devesse anunciar com antecedência neste blog as datas das minhas visitas à escola EB 2,3+S (é essa a actual designação?!) de Alpiarça. Assim talvez algum lacaio da vereadora faça um telefonema anónimo com ameaças de bomba na escola, como fizeram recentemente à Drª Sónia…
Creio que batemos no fundo da iniquidade política em Alpiarça. Gentalha tão rasteira não pode voltar a ter acesso ao poder.

sexta-feira, dezembro 01, 2006


Quero agradecer ao amigo Alberto Korda por me ter cedido esta foto que ilustra bem a falta de civismo que impera entre os motoqueiros alpiarcenses...
Atenção que eu quero fazer uma ressalva.
É certo que eu não possuo os “direitos de autor” do nome Xando, nem é uma marca registada. Por isso, não me posso indignar pelo simples facto de que algum bloguista (certamente alpiarcense) recentemente tenha adoptado esse nome para o “seu” e-mail. Não obstante, tenho razões para considerar que se trata de um abuso covarde destinado a arranjar-me encrencas.
Quem quer que o tenha feito deve saber muito mais do que eu sobre informática (o que não é nada difícil…), pois, de alguma forma, teve acesso a um dos meus e-mails particulares que poucos dos meus amigos têm. Mais, várias pessoas vierem ter comigo para me fazerem queixas do mesmo, pensando que eu era o tal “Xando” que tem estado a enviar e-mails para endereços electrónicos que nem eu possuo. É estranho. Mas também é licito aferir que este comportamento se enquadra num padrão de guerrilha virtual bem sacana e covarde no seu anonimato que “incrimina” terceiros. Por ex., segundo e contou o JoãoSerrano, no final da sua conturbada ligação ao actual executivo camarário (de Alpiarça) alguém criou 2 e-mails com endereços extremamente parecidos com o que ele então utilizava, a fim de enviar(em) mensagens anónimas para os seus colegas da câmara que o denegriam vilmente e o intrigavam junto dos políticos no poder.
É o lado mais obscuro da democracia e desta fantástica ferramenta que é a Internet - mas que permite aos ratos de sempre agir com (quase) total impunidade. Há sempre pessoas com fracos valores morais que confundem liberdade com libertinagem.

O lado divertido é que uma amiga recente que foi vítima desta “brincadeira” asseverou-me estar disposta a dar um enxerto de porrada a quem anda a fazer este jogo sujo. É o supra-sumo da Nova Era: agora até tenho mulheres giras a proteger-me com os punhos!

Pode ser que esse tal novo “Xando” (da IOL, creio) não tenha más intenções (pois, pois,..). De qualquer maneira, aconselho-vos a fazer o mesmo que eu: nem sequer abram esses e-mails, apagando-os de imediato. (não se se trata de uma coincidência inocente, ou não, mas no mesmo dia em que abri pela primeira e única vez um desses e-mails manhosos, entrou-me um “cavalo de Tróia” no computador…)
Aproveitem o bom tempo e vão passear para o campo. Já agora, levem câmaras fotográficas para registarem as desgraças ambientais (sugiro uma visita à nossa zona industrial e ao Paul dos Patudos…).
Xando (o autêntico!)

segunda-feira, novembro 27, 2006

A harpia ferra os dentes num calcanhar de Aquiles...

Nunca Alpiarça teve um executivo camarário com uma “moral” tão rasteira e que se empenha tanto em destruir as vidas dos que ousam criticá-los. O tempo e a energia que gastam nessas tácticas execráveis (julgando esses merdolas que assim garantem o poder absoluto) se fosse investido em projectos de verdadeiro desenvolvimento sustentável (bem sabem eles o que isso é!), então Alpiarça seria mesmo um lugar agradável para se viver e um exemplo (pela positiva, para variar) em que todo o país poderia almejar.
Vou dar-vos um exemplo da injustiça vingativa que resulta do abuso de poder de quem (a vereadora) não tema menor ética nem cultura democrática.
Qualquer pessoa que me conhece minimamente sabe que eu com frequência utilizo o espaço Internet cá do burgo. Um dia qualquer, no início do Verão, quando o referido espaço tinha como monitor o Nuno Gaspar, cheguei lá com urgência de enviar um e-mail (o meu servidor em casa estava indisponível). Mas todos os computadores estavam ocupados e faltava muito para alguém deixar um livre. (Curiosamente, estava lá também a irmã da vereadora que, nesse preciso momento, consultava este blog…Que divertido!) Como um favor habitual que o Nuno Gaspar fazia a quase toda a gente, por um instante cedeu-me o “seu” computador. Por um azar do caraças, nesse momento surgiu o marido da vereadora (o tal que começou este sarrabulho todo entre mim e ela, ao lhe ir fazer a queixinha intriguista de que me tinha visto na companhia da Manuela Cunha dos Verdes, algo que a vereadora teve a ousadia de proibir até à coordenadora do RIPIDURABLE…). Ele lançou-me um olhar que dizia algo do género: «comia-te o fígado se te apanhasse num beco escuro!...» Eu respondi com um sorriso sereno que dizia «até podes tentar, mas olha que te lixas – de várias maneiras…» , e continuei com os meus afazeres.
Reparei que o seu olhar furibundo saltou de mim para o Nuno Gaspar. Soube logo que isso se iria traduzir em chatices para ele. Assim foi. Nas semanas seguintes apareceram por lá garotos protegidos da vereadora, ou ligados a ela por amigos comuns, que interrogavam incessantemente o Nuno sobre as suas ligações a mim e ao meu blog…Ainda por cima, o Nuno é meu vizinho e já somos amigos há muito tempo.
Mesmo antes desse incidente, eu tinha o cuidado de colocar textos em dias (ex.: domingo) e/ou a horas em que o centro Internet estava fechado. Tampouco consultava o meu blog quando lá ia. E até andei “desaparecido” durante uns tempos”, a fim de não lhe causar problemas. Ironicamente, tenho quase a certeza que o Nuno nunca teve pachorra sequer para ler este blog ou outros que tenham que ver com politiquices. Simplesmente não tem interesse nessas brigas.
Não obstante, sabia que a vereadora se iria vingar num inocente que estava numa posição frágil. Por todo o mundo, em qualquer regime despótico da história, o calcanhar de Aquiles dos presos políticos eram e são os seus entes queridos mais próximos. Percebem o paralelismo?...
Em breve o Nuno Gaspar foi chamado ao gabinete da vereadora que o cumulou com insinuações (que, aparentemente, poderiam aludir à sua ligação amistosa comigo) e com exigências de consultar a lista dos utilizadores do espaço Net. Logo a seguir, o Nuno, apesar de ser um funcionário excelente (é extremamente competente a lidar com computadores e simultaneamente um exemplo de simpatia, prestabilidade, dedicação e com valores morais sólidos, além de ter mão nos putos desordeiros sem ofender ninguém), como estava há vários a nos a recibos verdes, foi posto na rua.
A vereadora sabia perfeitamente que o Nuno, devido a ter ficado órfão de pai precocemente, teve que assumir responsabilidades adultas bem difíceis e, em todos os anos que trabalhou para a autarquia, nunca causo o menor problema e até fartou-se de poupar dinheiro à autarquia ao reparar à borla e com frequência os computadores do espaço net, oferecendo até material seu . Mas aquela tipa é completamente paranóica e, como tal deve ter ficado convencida de que o espaço net deveria ser um foco de agitadores-mirins, onde eu recolhia informações e conduzia o meu blog… Na verdade, quando lá estava o Nuno, aquilo parecia uma constante tertúlia sobre futebol e carros, e por isso não me apelava passar lá muito tempo, por mais simpático que me pareça o Nuno.
De realçar que escrevo esta denuncia á revelia do Nuno Gaspar. Creio que ele não ficará contente por isso, mas é algo que é preciso dizer-se e, ademais, ele já foi lixado.
Que FDPs!!! Isso, continuem a dar-lhes demasiado poder…
PB

quinta-feira, novembro 23, 2006

terça-feira, novembro 14, 2006

Por estes dias chegou-me às mãos o suplemento do semanário «O Ribatejo» (edição n.º 1097, de 10 de Novembro de 2006) dedicado a Alpiarça sob o pretexto das comemorações do centenário da Casa dos Patudos. Trata-se um trabalho de “jornalismo” tão fraquinho que só pode ser considerado publirreportagem, mas tem alguma importância para a promoção cá do burgo. Não obstante, cingindo-me aos assuntos que mais me dizem respeito na referida publicação, há alguns elementos que merecem uns reparos. Para já, a Sr.ª vereadora cometeu o erro de que eu estava à espera: entregou ao pasquim em causa uma foto (em boa hora divulgada neste blog no mês de Setembro) que pertence à colecção de (13) diapositivos que ela me roubou e que, supostamente, deveriam ser editados apenas numa colecção de postais. Pois bem, eu detenho os direitos (registados) dessas imagens (que não é a primeira vez que a vereadora utiliza de forma abusiva e desonesta). Apesar da tipa ter um canudo que o contraria, parece-me que ela percebe tanto de leis como o meu cão… Qualquer um sabe que não se pode utilizar – muito menos no circuito público – imagens de terceiros sem a autorização expressa nesse sentido. Com tantos esquemas dolosos que a fulaninha tem utilizado para me furtar as referidas imagens, até se esqueceu de me pedir que assinasse uma autorização que lhe permita utilizá-las na tal colecção de postais que a câmara municipal me encomendou… arma-se em espertalhona, mas é tão burrinha! Provavelmente nem teria competência para gerir uma casa de massagens…
Neste país onde impera uma mentalidade terceiro-mundista, a profissão de político deve ser a única que permite a quaisquer merdolas incompetentes gerir uma quantidade obscena de fundos públicos (que o Estado nos exturque a todos sem assegurar minimamente a qualidade dos serviços essenciais – a educação, a saúde e a gestão sustentável dos recursos naturais) sem necessitarem nem se esforçarem por dominar as matérias das pastas a que se aferram. Ouvi dizer que chama a isto “democracia”…
Já que a referida vereadora adora o protagonismo fácil associado a tachos onerosos, e sendo do domínio público que há poucas coisas de que os políticos gostam mais do que aparecer na “comunicação social” ao lado de jovenzinhos apolíticos, então sugiro que a garotada de Alpiarça organize aqui o primeiro concursos nacional de escarretas e que a convide para ser o alvo… de todas as atenções mediáticas.
Talvez 13 diapositivos vos pareçam coisa pouca, mas se eu os vendesse prescindindo completamente dos direitos de autor (ou seja, podendo o comprador utilizá-los quantas vezes e para que fins lhe desse na gana, sem necessitar de referir o autor), os preços estabelecidos pela generalidade dos fotógrafos nacionais para estes casos, dava perfeitamente para comprar um carro novo… (E olhem que eu até dei – de forma totalmente gratuita – à autarquia mais de uma dezena de diapositivos, para além daquelas que foram escolhidas para a colecção de postais! Não conheço mais nenhum fotógrafo profissional que cometesse tão tresloucado acto de generosidade e de boa fé) Demorei 7 meses (sempre disponível e no terreno, o que significou fazer muitas noitadas para fotografar animais extremamente esquivos) a terminar o trabalho. (Ainda por cima, ao contrário do que aconteceu nos últimos anos, esse período correspondeu a um péssimo ano para tirar fotos no exterior, estando quase sempre a atmosfera baça) Tive imensas despesas (para além do meu equipamento muito caro, tive que alugar material que me custou os olhos da cara, e, por exemplo, para conseguir apenas uma foto em que tive que atirar com o carro para uma valeta profunda, afim de ter a perspectiva correcta de cima do capo, custou-me 250 euros de arranjo na oficina…). No Final, pagaram-me 1500 euros (que nos saiu dos impostos a todos). Do ponto de vista pecuniário, este biscate foi um desastre e apenas o aceitei por deferência a um amigo que, quando estava associado ao executivo camarário, me fez esse convite. E como contabilizar as inúmras chatices e a perda de tempo que tenho tido com esta merda toda?!
Após várias reuniões com a vereadora ficou estabelecido que a autarquia só poderia utilizar essas imagens numa colecção de postais e com a referência ao autor. Ele sempre concordou com estas condições (repetidas até à exaustão na altura própria), até ao dia em que me disse que o Sr. Presidente tinha achado o eu trabalho muito caro e que, como não havia nenhum documento escrito (apesar da minha insistência, ele sempre se esquivou à assinatura de um contrato de trabalho nesse sentido) sobre nosso acordo verbal, ela, armada em espertalhona, declarou que as fotos passavam a pertencer integralmente à autarquia! Estupefacto, retorqui-lhe o óbvio: que, apesar da minha ingénua boa-vontade, tivera o cuidado de registar as fotos em meu nome nas devidas instituições e que, portanto, ela não as poderia utilizar sem a minha autorização (algo que ela se apresou a fazer num outdoors cujo trabalho horroroso da gráfica desvirtuou completamente a qualidade das imagens originais e que, ainda por cima, custaram mais ao erário público do que a edição da colecção de postais). A harpia contorceu-se toda, passando o seu sorriso sacana a um esgar de fúria. Como o seu esquema imbecil se viu num beco sem saída, argumentou que tinha um recibo verde assinado por mim e que isso seria suficiente para "provar" que as fotos eram dela... Pois se o tal recibo nem sequer especifica que eu fiz um trabalho de fotografia para a autarquia...
A partir daí deixou de falar comigo (tirando além aquela vez, anterior à inauguração deste blog, em que me encontrou no parque de estacionamento da câmara me ter atacado de forma gratuita e disparatada, com uma peixeirada ofensiva…) e finge que não tem os slides em sua posse. Não sei o que ganha com isso, mas provavelmente um dia destes alguém (que não eu; provavelmente outra criança que o ouviu dos pais) cometerá a indelicadeza órfã de ética de dizer às suas filhas que a mãe é uma ladra…


Voltando ao referido suplemento sobre a nossa terra,
Todo o capítulo intitulado «Turismo ambiental em Alpiarça» merece um sorrio amarelo, pois as informações nele contidas (fornecida pela Drª Vanda aos “jornalistas” que se limitaram a papagueá-las )não dão um único exemplo de verdadeiro turismo ambiental! De forma sub-repticiamente reveladora, omite qualquer referência à nossa maior jóia ambiental : o Paul dos Patudos. E isto quando a tipa vai para outros lados laurear a pevide para se vangloriar de se “cabeça de fila” (sic) do projecto RIPIDURABLE! (Já agora, para além de terem gasto uma porrada de dinheiro em viagens de auto-recreamento ditas “formativas”; de adquirirem equipamento fotográfico topo de gama; editarem um par de folhetos com banalidades acerca das zonas húmidas – mas sem darem o mínimo destAque ao nosso paul…, como é que justificam a gestão de fundos europeus para o RIPIDURABLE ?! porque é que o projecto tem estado parado? Como é que a U E deixa a autarquia de Alpiarça trair grosseiramente os objectivos do referido projecto, nomeadamente com a tentativa de implementação no mesmo local de um incompatível projecto de turismo elitista?
É claro que esta “amnésia” mui conveniente se deve ao facto de os seus planos (ex.: campo de golfe, condomínio de luxo, lagoa para motas d’água, …) para o paul serem essencialmente o seu golpe de “misericórdia”, e, muito por minha causa, neste momento são demasiado polémicos para que o executivo camarário tenha coragem de os discutir pelas vias democráticas.
Têm o descaramento de fazer referência à Reserva Natural do Cavalo do Sorraia (um estatuto auto atribuído e pernosticamente ridículo para o espaço em questão, mas isso é outra estória de somenos importância), quando recentemente afastaram quem criou e dinamizou esse projecto… além de que o executivo camarário tem igualmente boicotado todas as iniciativas (ex.: museu arqueológico, colóquios e congressos, etc…) no sentido de que sejam reabilitadas as estações arqueológicas de importância mundial, apenas porque os alpiarcenses mais competentes e dinâmicos nesta matéria não pertencem ao seu séquito.
Realmente, a hipocrisia e a consequente demagogia barata deste executivo camarário só tem paralelo com a sua arrogância antidemocrática e com a sua incompetência!! Como é que podem gabar as “excelências” da sua intervenção na Vala de Alpiarça (citando o novo slogan do presidente: «regresso ao rio», leia-se «regresso ao esgoto»…), quando o Dr. Roda do Céu é, nos últimos anos, o principal responsável por a vala estar reduzida a uma lamentável cloaca?! A intervenção que fizeram nas margens foi uma péssima operação de cosmética, em que desperdiçaram uma pipa de massa sem sequer seguirem as recomendações do estudo de impacto ambiental que tinham encomendado. A quem é que lhe apetece ir passear para um lugar imundo, fedorento e quase sem sombras?
Como é que conseguem ter a cara-de-pau de continuar a asseverar que vão recuperar a aldeia palafítica do Patacão (ao estilo balneários de praia nórdica ?!) e a sua respectiva praia fluvial?! Recorde-se que autorizaram a extracção industrial de areias no mesmo sítio (com um enorme impacto paisagístico e o corte – ilegal – de um caminho público que seguia ao longo do Tejo), além de que o Ministério do Ambiente lhes chumbou a praia fluvial devido à elevada poluição das águas… e desde quando é que o “nosso presidente” se coíbe por pormenorezinhos como a defesa da saúde pública?... Estes tipos nem sequer são competentes em atirar-nos areia para os lhos, enquanto fazem as suas negociatas.
O que mais me fode é que o Estado, através dos impostos que nos exturque, me force a pagar os ordenados de gentalha que se dedica a destruir as coisas que entronizam o meu afecto! Sempre que olho para o edifício da Câmara Municipal, perscruto a fachada à procura de um botão que faça accionar um autoclismo gigantesco capaz de mandar a escumalha ir “passear” para a bela vala…
Para os tipos da «Alpiarça é a razão» que estão obcecados com sinecuras políticas e esperam que o Rosa do Céu vos carregue ao colo, só vos digo que abram os olhos! Os contactos político-partidários-corporativos e o pecúlio que
esse tipo está a juntar são apenas para se safar sozinho longe daqui…

domingo, outubro 29, 2006

No início dos anos 90 esforçava-me por passar pelo menos um mês por ano a
fazer trabalho voluntário no Tejo Internacional (que na altura ainda não
tinha o estatuto de Parque Natural). Decorrente da minha tarefa de vigilância,
certa feita dei por mim a espiar, clandestinamente, a preparação de uma batida de caça numa
herdade dedicada ao turismo cinegético. Estávamos em plena época de
nidificação e, mesmo onde havia uma colónia de grifos e um ninho de
cegonhas-negras muito acessível, uma horda de caçadores, apoiados por mais de 400 cães (muitos deles extraviar-se-iam, tornando-se assilvestrados e atacando os rebanhos de ovelhas da região), estavam prestes a esquadrinhar as
declivosas margens do Tejo, disparando a quase tudo o que se mexesse. Como as consequências previam-se fatídicas, apressei-me a dar ocorrência do que
tinha visto a um dirigente de uma ONGA muito ligada àquela área de grande
riqueza natural. Sem fazer muito caso do meu tom alarmado, com uma frieza
contabilista que me indignou, respondeu-me que o melhor seria não intervirmos de forma preventiva, deixando o desastre acontecer e levando lá algum jornalista para o registar. Tentou dar-me uma lição de estratégia,
argumentando que o sacrifício de umas poucas crias de aves ameaçadas poderia reverter a favor de todas as outras criaturas silvestres que queríamos
proteger, se fossemos eficientes em denunciar o caso e provocar alguma celeuma mediática. Vi naquela atitude as origens da desconfiança popular em
relação aos médicos, dizendo que estes vivem da doença, não da saúde...
Não foi por causa deste desentendimento (pacífico) que o deixei de considerar
como uma pessoa respeitável e um membro valioso na nossa ONGA, mas naquele momento compreendi o quão perigos é os técnicos do ambiente raramente saírem das suas secretárias, fechados em gabinetes com ar condicionado em cidades poluídas, e passando o dia a traduzirem a natureza por números.
Provavelmente este homem que me desapontara nunca saboreou os prazeres impagáveis de nadar num rio limpo junto de onde mora, bem como de
dormir sestas à sombra de árvores, embalado pelo coaxar das rãs; nem quando
era catraio se aventurou a roubar fruta e a espreitar ninhos. Por isso, não
acredito que saiba verdadeiramente o que custa a perda desses privilégios.
Mesmo que não fossem demasiado incertos os vaticinados benefícios, a longo
prazo, decorrentes de deixarmos, impassíveis, martirizar alguns animais que
corriam riscos de extinção, eu não poderia compactuar/concordar com o seu
plano porque, vivendo no campo e estando familiarizado com o terreno em causa, nos dois anos que precederam este episódio tinha acompanhado a nidificação daquele casal de cegonhas negras, e emocionara-me com cada momento em que os
pude observar (bem escondido e de uma longa distância), ao ponto de já as
considerar como minhas amigas e professoras de etologia. Assim, nunca poderia vê-las apenas como números ou como peões num estranho xadrez .


Quando o naturalista, poeta, ensaísta, escritor, jornalista, educador
ambiental,personalidade televisiva ligada à divulgação do património
natural e agricultor biológico, Joaquín Araújo, escrevia regularmente para a
revista espanhola "Integral",
numa crónica especialmente comovente contou sobre um costume seu de incitar alguns amigos que o visitavam na sua quinta a procurarem a árvore que mais os atraísse. Uma vez escolhida, atribuíam-he o nome da pessoa que a elegera. Uma das árvores que mais o cativara (tendo, inclusive, escrito muitos textos belíssimos à sombra da sua copa) era uma azinheira homónima da sua sobrinha. Mas a ligação entre elas duas tornou-se mais profunda do que a
fonética/nomenclatura e até que os sentimentos efémeros, (re)unindo dois
reinos que a ciência separou; duas entidades orgânicas e energéticas que as
religiões ocidentais não admitem familiaridades. É que a menina tivera uma
morte prematura, e as suas cinzas foram depositadas junto das raízes da sua árvore favorita - que continuou a dar amparo aos familiares que, com a chama do amor, continuam a manter viva a memória da criança. Joaquín Araújo termina essa crónica indagando-se sobre a razão de, ao invés de as nossas cinzas se tornarem árvores com nome, insistirmos em transformar as florestas em cinzas anónimas...

terça-feira, outubro 24, 2006

O que acontece aos povos dendrofóbicos…

A expansão do império romano pela Anatólia e por todo o Norte de África, permitiu-lhes construir de raiz faustosas cidades à medida dos seus sonhos arquitectónicos e imperialistas. Éfeso é um bom exemplo disso, com as suas amplas avenidas e abundância de colunas coríntias, estátuas de inspiração helénica, anfiteatros, aquíferos e sistemas de esgotos eficientes, etc… Éfeso era também um importante porto para todas as rotas comerciais que se desenvolviam no Mar Mediterrâneo. As suas privilegiadas características edafo-climáticas (a bacia do Mediterrâneo estava a tornar-se mais quente e húmida naquela época), possibilitaram uma intensa actividade agrícola, logo se convertendo num dos principais celeiros de Roma.
Os romanos necessitavam de muita madeira (ex.: para a construção de casas e de barcos; para a fundição de metais; para aquecimento dos seus banhos públicos e para fins culinários, etc…), tanto quanto de terras agricultadas. Assim, empenhavam-se em arrotear maciçamente as florestas que medravam onde decidiam estabelecer as suas colónias.
Para além de se situar na orla marítima, Éfeso beneficiava ainda do abastecimento constante de água potável que o rio Caester trazia das montanhas. O problema é que, com a eliminação das florestas circundantes, cada estação chuvosa castigava a cidade e os seus campos agrícolas com enxurradas medonhas, que arrastavam toda a manta morta e outros detritos de todas as dimensões, depositando-os na foz. Com o passar dos anos, esses detritos fluviais assoreados, transformaram zonas húmidas (onde antes a pesca era abundante e se podia navegar) em lodaçais cada vez maiores – que eram propícios à expansão da malária (a doença que se tornou num dos principais factores da queda do império romano). Também afastaram Éfeso (e outras cidades portuárias do império, que sofreram um declínio semelhante) do mar, tornando-a pouco atraente para o comércio marítimo. (Por incrível que pareça, o que resta dessa cidade situa-se hoje a 11 Kms do mar!)










Mais ensinamentos da floresta

Na selva Amazónia, por cada hectare podemos encontrar até 300 espécies [diferentes] de árvores. Este prodígio da biodiversidade acontece porque se trata de um ecossistema muito competitivo e propício ao desenvolvimento de uma quantidade incrível de formas de vida que se esforçam por ocupar outros tantos nichos ecológicos. É a terra das oportunidades para a vida – incluindo muitos parasitas das árvores e agentes patogénicos (ex. fungos e bactérias). Se, ao invés de optarem pela dispersão, cada espécie de árvore concentrasse os seus efectivos em determinadas áreas, tornar-se-ia presas fáceis para as doenças, bem como para os reveses aleatórios dos factores abióticos (ex.: inundações, intempéries, fogos, terramotos, …)
À medida que nos encaminhamos para latitudes mais setentrionais, a biodiversidade tende a diminuir. Assim, verificamos que, no que respeita à quantidade de espécies autóctones de árvores, os trópicos albergam 60 mil; os neotrópicos concentram metade desse valor; o reino Unido tem 39; e o Canadá, com áreas de bosque pristino de maiores dimensões do que qualquer país europeu, apenas tem 9.

sexta-feira, outubro 20, 2006



Destruição do último paraíso natural de Alpiarça. (Ao fundo estão dois agentes do SEPNA...)
Este fim-de-semana é muito provável que os perpetradores dendrofóbicos regressem para acabar o seu execrável trabalho. Temos que os travar!!!

domingo, outubro 15, 2006

Atenção, o nosso paul está novamente sob o ataque maciço das retro escavadoras e das motosserras!!! Tendo estado fora, já não o visitava há pouco mais de 2 semanas. hoje fui lá e fiquei com os tintins de rastos!... Tinham acabado de rasgar, por entre a melhor parte do salgueiral, um caminho que se dirige até à parte mais bela e sensível do paul (aquela que as crianças cham de "floresta do Harry Potter" ou ainda de "floresta encantada")!! Os cortes ainda estavam frescos (creio de devem ter sido feitos este sábado), sendo quase certo que voltarão em breve para terminar o execrável atentado ecológico. que se trata de uma pista para motards e jipeiros, não há dúvidas, mas terá sido novamente a autarquia para fazer favores ao clube de motoqueiros? Sem uma série de autorizações emitidas pelas autoridades "competentes", nem o dono do paul pode fazer tal coisa num leito de cheia que, ainda por cima, é considerado habitat de protecção prioritária para o ICN! Tratando-se aquela área de RAN e de REN (geridas pela CRAN e pela CREN, respectivamente) e, ainda por cima, fazendo parte de um leito de cheias (que é de domínio público), não se pode arrasar toda a vegetação – sobretudo a ripícola (essencialmente as árvores que seguram as margens) Por favor, vão passando por lá munidos de máquinas fotográficas e de um telemóvel, a fim de tentarmos apanhar os perpetradores em acção. Eu farei tudo o que estiver ao meu alcance para que os culpados sejam punidos! já agora, avisem o SEPNA: 916097671 ou 961192278

Martin Luther King disse que «se devemos condenar esta geração, não será tanto pela iniquidade dos maus, mas pela permissividade dos bons»… (Cito de memória)

sábado, setembro 23, 2006

Transgénicos

Nos anos 90 as indústrias de biotecnologia puseram em acção uma estratégia de conquista dos mercados alimentares de todo o mundo. O seu modus operandi e as consequências do mesmo passaram totalmente desapercebidos aos média(perdidos entre a ignorância e a censura corporativa), mas não a muitos agricultores, técnicos e membros de ONG que operam no terreno.
Em 1999, durante uma conferência sobre a indústria biotecnológica, um representante da empresa de consultoria Arthur Anderson tomou a palavra e, orgulhoso, explicou o brilhantismo da sai empresa ao criar o plano que levaria a Monsanto a controlar 91% do mercado de produtos agrícolas GM e a apoderar-se de 23% das empresas que comercializam sementes e desfazer-se da concorrência, nomeadamente através da eliminação das semente que eram – e são - a base da agricultura tradicional. A Monsanto explicou à Anderson a sua visão de um mundo "ideal" em que todas as sementes destinadas à agricultura fossem geneticamente modificadas no prazo de 15 anos, e os consultores elaboraram a estratégia que tornaria isso possível. (Jeffrey Smith, 05)Como admitiu um técnico de biotecnologia ligado a uma corporação quecomercializa OGM, «a esperança desta indústria é que, com o tempo, omercado fique tão inundado [com OGM] que será tarde demais para se fazer algo capaz de contrariar a situação, restando às pessoas renderem-se.» (The Toronto Star, 1/9/01)
O lóbi da Monsanto na Casa Branca e na FDA é extremamente poderoso, e os avultados investimentos que a empresa fez na área da biotecnologia deixá-la-ão numa precária posição se a aposta falhar. Os executivos da Monsanto estão extremamente nervosos pois funambulam entre uma fortuna e umpoder quase inimagináveis (caso possam dominar os estômagos de toda a população mundial) e, por outro lado, o descrédito e o colapso da suahegemonia corporativa. Por isso forçaram a administração Bush a mover uma acção contra a U E junto da OMC. (O que aconteceu a 13 de Maio de 2003)Na mesma altura, W Bush anunciou que a "sua" iniciativa para acabar com a fome em África basear-se-ia em alimentos GM, aproveitando para criticar a resistência da U E aos OGM, considerando essa atitude como «um temor sem fundamento científico» (sic)*Os média NA têm corroborado estas alegações, indo mais longe (do quepermitem as regras da diplomacia política) afirmando que se trata de puro anti-americanismo por parte dos europeus.


*Outra estratégia insidiosa para implementar os OGM em países que lhes manifestem alguma resistência, é a mistura de sementes mutantes com as convencionais nos lotes exportáveis. Outras vezes enviam-nas para países subdesenvolvidos como “ajuda humanitária”.
Calcula-se que mais de dois milhões de toneladas de alimentos GM são enviadas directamente pelos E.U.A. para os países em vias de desenvolvimento, sob a bandeira da ajuda humanitária. Este país consegue fazer distribuir mais 1,5 milhões de toneladas dos seus OGM através do Programa Mundial de Alimentos.




A biotecnologia parece ter um grande potencial para a medicina, mas o que não costumam divulgar é que os animais clonados são na sua maioria defeituosos e morrem em pouco tempo. Quando os investigadores Pusztai e Ewen, em 1999, demonstraram que os ratos alimentados com batatas transgénicas eram afectados por deficiências orgânicas e imunológicas, a restante comunidade científica comprometida com a indústria de mutações biotecnológicas, em vez de reflectirem com preocupação sobre estes dados, estigmatizaram os ousados investigadores, cumulando-os de ignomínias e colocando-os no desemprego.
O Dr. Philip James proibiu o Dr. Pusztai de prestar quaisquer declarações sobre as batatas transgénicas, como apressou-se a desmentir aos média as conclusões do seu colega proscrito.

Em 1996, o Dr. Pusztai por ser uma das maiores autoridades científicas na áreada microbiologia e da genética, com uma experiência e uma reputação bemconsolidada ao longo de várias décadas, foi eleito para chefiar um grupo decientistas que deveriam criar um modelo para testar a segurança dos alimentosGM na Grã Bretanha e, eventualmente, em toda a U E.Tratava-se de uma mera formalidade, pois, concomitantemente e à revelia dePusztai, da sua equipa e da opinião pública, estavam a ser aprovados elançados (com incrível celeridade) para o mercado OGM.O principal responsável pelo respaldo "científico" para acomercialização dos referidos produtos era o Dr. Philip James, Director do Instituto Rowett - o mesmo que em 1998 entregou ao Dr. Pusztai um monte de documentos contendo os resultados da pesquisa científica sobre a salubridade de alguns agroprodutos GM (ex.:soja, milho e tomates). Esses estudos tinham sido elaborados pelas empresas que pretendiam comercializar a comida "Frangenestein", e deixaram o Dr. Pusztai boquiaberto. Os volumes (que perfaziam 700 páginas que ninguém esperava que fossem lidas na totalidade, quanto mais que pudessem testar a sua veracidade....) apenas denegriam a metodologia científica mais básica e honesta.
«Como cientista, fiquei realmente chocado!» - afirmou. «Foi a primeira vez que me apercebi de que estavam a apresentar ao comité evidências inconsistentes. Havia falta de dados, uma paupérrima metodologia científica e todos os testes tinham sido conduzidos de forma demasiado superficial.» tal não tinha impedido a referida autoridade sanitária de aprovar alimentos GM, sem que nenhum dos 58 milhões de consumidores britânicos tivesse sido informado de que estava a consumir tomates, milho e soja transgénicos.Isto passou-se na véspera de uma reunião de ministros e de euro deputados destinada a discutir a aprovação ou a moratória aos OGM.
O Ministério da Agricultura, Florestas e Pescas (MAFF) britânico precisava do parecer positivo do Dr. Pusztai para defender a aprovação dos OGM que já circulavam no mercado, bem como de novos produtos que as empresas de biotecnologia estavam ansiosas por comercializar.Tentando desenvolver batatas GM concorrentes às comercializadas nos EUA *-+*-+ Todas as células dessa batatas estão habilitadas a produzir uma potente toxina insecticida devido à introdução de um gene proveniente de uma bactéria do solo que é aparentada com o bacilo do Antraz.
A equipa do Dr. Pusztai concentrou-se em fazer as suas batatas GM serem capazes de produzir lactina, um insecticida natural presente em algumas espécies de plantas (que não as batatas). Durante 7 anos este renomado cientista estudou as propriedades da lactina tendo concluído que não era tóxica para os humanos, como tampouco se revelara para os seus ratos de laboratório. Mas a engenharia genética está muito longe de ser capaz de predizer e de controlar todos os efeitos anómalos encontrados nos OGM.Se fosse nos EUA, as batatas com genes (introduzidos) de lactina teriam sido comercializadas num ápice ( baseado na assumpção de que sãonutricionalmente equivalentes às convencionais), mas o Dr. Pusztai levamuito a sério o seu trabalho e as suas responsabilidades quanto a ameaçar levianamente a saúde pública.Usando uma metodologia semelhante à que é praticada pelas empresas que comercializam alimentos GM, para sua surpresa, percebeu que ogénero de batatas que perfilhara tinham uma composição nutricional consideravelmente diferente das convencionais (algumas eram 20% mais pobres em proteínas). Pior ainda, ao cabo de apenas 11 semanas tornou-se evidente que os ratos que delas foram forçados a se alimentar apresentavam sérios problemas de saúde, tais como: fraco desenvolvimento físico - com destaque para atrofiamentos dos testículos, do fígado e do cérebro - e o sistema imunológico danificado. Algumas cobaias apresentavam ainda o pâncreas e os intestinos inchados. Células com a estrutura modificadas e potencialmente cancerígenas proliferavam nos seus estômagos e intestinos. Então como explicar que os laboratórios das corporações tenham resultados tão díspares? O Dr. Pusztai topou-lhes a marosca: os estudos deles baseiam-se apenas em animais adultos. Como nos jovens as proteínas são fundamentalmente utilizadas para a construção de tecidos, músculos e órgãos, problemas como os supracitados tornar-se-iam evidentes. Tal é muito mais difícil de acontecer com os indivíduos maduros, pois estes utilizam as proteínas fundamentalmente para a produção de energia e para a renovação de tecidos. O ardil dos laboratórios corporativos vai ao ponto de, ao invés de pesarem e medirem com acuidade os órgãos das cobaias, limitam-se a utilizar o "olhómetro", como se fosse uma metodologia cientifica precisa (algo completamente refutado pelo Dr. Pusztai).

Nenhum governo está a conduzir testes de salubridade sobre os OGM em larga escala. Isso nem sequer é feito em relação aos pesticidas que, desde pelo menos há 50 anos, se sabe serem causadores de gravíssimos problemas para a saúde pública e para todo o ambiente.
(milho) Aliás, é possível conseguir a aprovação para a comercialização doOGM sem que a FDA proceda a quaisquer testes, confiando nos dados fornecidospelas empresas.
No caso da variedade de milho GM (que produz o seu própriopesticida a partir da bactéria Bacillus thuringiensis Bt), comercializado pelaAventis com a designação de StarLink, e que provocou muitos casos dereacções alérgicas graves pelos menos entre os estado-unidenses, nem sequerera suposto ser utilizado para a alimentação humana, tendo sido autorizadaapenas para rações de alimárias e para a produção de biocombustíveis. As autoridades confiaram que, quaisquer que fossem as eventuais substâncias potencialmenteprejudiciais para o homem, estas não passariam para os nossos organismosmigrando ao longo da cadeia trófica (que acaba no nosso prato), e também queos agricultores zelariam por não misturar o milho StarLink com as variedadesconvencionais (tendo até sido obrigados a assinar contratos deresponsabilização nesse sentido). Como era previsível a qualquer um com omínimo de bom senso, não foi isso o que aconteceu.
Os Amigos da Terra foram a primeira ONG a denunciar a contaminaçãogeneralizada com o milho StarLink, os problemas sanitários que tal ocasionarae o modo como a Aventis em conluio com a FDA falharam em proteger a saúdepública e boicotaram as respectivas investigações. A FDA/CDC primeiro foicúmplice por negligência neste escandaloso atentado, mas depois, ao ser alvode acusações, fabricou um estudo fraudulento em que atropelou quase todos osprocedimentos protocolares da investigação científica.Os técnicos da Agência de Protecção Ambiental (um órgão governamental)juntaram-se à generalidade dos cientistas independentes (incluindo os maioresespecialistas em alergias alimentares) na publicação de duras críticas aosreferidos testes da FDA destinados a ilibar a Aventis e o seu milho StarLink(e, consequentemente, a eles mesmos).No centro da polémica estava a nova proteína Cry9C que era produzida pelomilho StarLink e que se sabia ter um elevado potencialalergénico. Foi a Aventis que determinou qual a percentagem daproteína Cry9C presente nos alimentos que deveria ser considerada segura. AFDA aceitou essas conclusões sem as questionar. Pior ainda, a FDA nãoanalisou essa proteína a partir de amostras do polémico milho (acabado decolher e/ou encontrado em imensos produtos alimentaresconfeccionados),limitando-se a pedir à Aventis que lhe proporcionasse amostrasda Cry9C. A Aventis anuiu, mas, estrategicamente, não retirou essa proteína domilho StarLink, mas sim de uma colibactéria, sabendo que o comportamento dasproteínas varia muito de espécie para espécie (ex.: podendo divergir emcomposições moleculares e/ou na forma como estão dispostas). Este"pormenor" é suficiente para invalidar as conclusões da FDA acerca doStarLink, nem que mais não seja porque a essa variedade de milho foiacrescentada uma cadeia de açucares que é reconhecidamente potenciadora dacapacidade alergénicas das proteínas. Mais tarde a Aventis recusou-se a revelara composição dessa cadeia de açucares, limitando-se a produzir uma série de"estudos", cujas imprecisões tendenciosas deixaram a comunidade científica indignada.O cientista japonês Masaharu Kawata comentou a propósito: «é frequenteencontramos dados comparativos deste género que, apesar de pareceremcientíficos, na verdade são falsos. Tratam-se das tácticas dissimuladasusadas pela Monsanto na sua proposta para a aprovação da soja (GM) RoundupReady no Japão.»

O Dr. Pusztai foi encarregue de desenvolver um teste padrão para os OGM porque não existem testes fiáveis que determinem o potencial alérgénico e de outros problemas para a nossa saúde. Não é apenas um problema de falta de consenso entre a comunidade científica e entre esta e o pode político que deixa a sociedade tão vulnerável. Muito mais perigosos para todos nós é o facto da investigação científica e os órgãos ditos “democráticos” estarem reféns das corporações.
Apenas são conhecidos (ou seja, puderam ser publicados em revistas científicas) uma dezena de Estudos sobre os efeitos para a saúde dos OGM presentes na alimentação animal; sendo que unicamente 2 destes estudos foram efectuados por laboratórios (considerados) independentes. Cientistas de todo o mundo (que não têm interesses directos na comercialização dos OGM), ao analisarem os estudos em causa, concluíram que 7 deles foram concebidos por forma a mascarar quaisquer informações que pudessem indicar perigos para a saúde pública. Os estudos independentes não deixam grande margem para dúvidas quanto ao potencial cancerígena dos OGM analisados e que continuam a ser comercializados. Esta conclusão foi, ousadamente, corroborada por um estudo não independente, mas o cientistas que teve a integridade de fazer soar o alarme, foi despedido, publicamente caluniado e amordaçado com a ameaça de processos judiciais milionários.




Atendendo a que 90% das importações de OGM para a U.E. são destinadas àalimentação pecuária (só a Inglaterra anualmente importa para esse fim um milhão de toneladas de soja, enquanto que na Argentina continuam a serdestruídas selvas milenares para plantações de soja gm), à produção deóleos e vários subprodutos, é de importância capital o facto de essesprodutos passarem a ser identificados como OGM. Mas esta nova regulamentação (supervisionada pela recém formada Autoridade Europeia para a sanidade Alimentar) dá uma no cravo outra na ferradura, pois os produtos (como, por ex., a carne, o leite, os iogurtes, a manteiga e os ovos) provenientes de animais que são alimentados com OGM não são obrigados a ser rotulados como OGM. Para cativar a confiança dosconsumidores (ninguém está interessado noutra crise económica como a dasvacas locas), alguns dos maiores produtores europeus de carne, leite e ovossuplantaram os políticos e tecnocratas de Bruxelas, desenvolvendo meiospróprios para darem algumas garantias de rejeição das rações OGM nas suasexplorações pecuárias. Assim, todas as partes envolvidas nas cadeias deprodução, distribuição ( e comercialização) de alimentos gm sãoobrigadas a informar os seus operadores e receptores sobre a presença de OGM.
Ainda estamos à espera do Decreto-lei que fará a transposição para o direito interno da directivacomunitária concernente aos OGM. Muito mais curioso estou sobre como é que estas regras serão implementadas e se afiscalização funcionará em Portugal...

Ainda há muitospodres por revelar e por apurar sobre os transgénicos, mas, por ora, fiquem com a curiosidade (mórbida…) de Alpiarça ter estado entre as primeiras localidades do país que produziram culturas transgénicas. Agora estamos rodeados dessa merda, cuja coexistência com as culturas tradicionais é verdadeiramente impossível e que invalida todos os esforços da agricultura biológica.
A autarquia tem o poder (e a obrigação) de actuar no sentido e alertar os agricultores para estes perigos ocultos pelas empresas de biotecnologia e pelo próprio governo (que, como não podia deixar de ser, “dança à música” das corporações). Existem mecanismos legais para criarmos zonas livres de transgénicos, mas as autarquias só se mexerão nesse sentido se forem pressionadas a tal. O que fará o “rebanho cego”?...

quinta-feira, setembro 21, 2006


Educação artística

“A arte perfeita comunga com a natureza.” – Immanuel kant
« A música é uma revelação superior à filosofia.» - Beethoven

Transcendendo as habilidades de sobrevivência pura, é indispensável aproveitar esse ambiente de “duendes, elfos, faunos, fadas, dríades, ninfas…” tão inspirador para potencializar a satisfazer as nossas mais profundas aptidões “mágico-artísticas”, ensinando-lhes, por exemplo, a construírem os seus próprios instrumentos musicais, recorrendo a materiais rústicos exclusivamente colectados na natureza, e a inspirarem-se nesta para comporem canções (letras e melodias). Antes que consigam identificar escalas e construir melodias, o melhor será, através de percursões muito básicas, tentar imitar os padrões dos sons que aprendem dos animais (com óbvio destaque para as aves). Depois conjugar essa colecta de sons numa roda musical (ensamble) em que cada indivíduo tenta manter o seu fraseado e ritmo (em obstinato) em harmonia com os restantes membros do grupo.*
Seria interessante que os educadores dedicassem alguns dias especiais (ex.: duas vezes por mês) para a comunicação dentro das salas de aulas ser feita sem recurso à voz. (Aliás, os professores, tanto na sua formação académica como ao longo da sua carreira, deveriam ter apoios gratuitos de terapia da voz, para aprenderem a colocá-la sem forçarem excessivamente as cordas vocais.)

A cacofonia agressiva e artificial (o que inclui o zumbido irritante das lâmpadas fluorescentes) a que as crianças urbanas estão permanentemente sujeitas indubitavelmente conspira para que estas tenham dificuldades de aprendizagem. A fim de aliviá-las desse stress acústico, devemos cultivar a serenidade e ensiná-las a ouvir e identificar as sonoridades positivas e primordiais da natureza silvestre. Nos passeios pelo campo as crianças necessitam ser ensinadas de que quanto mais barulho fizerem, menos animais verão e menos aprenderão sobre as suas vocalizações.
"Em cada um de nós há um segredo, uma paisagem interior, com vales desilêncio e paraísos secretos." - Saint-Exupéry"Há duas coisas que indicam fraqueza: calar-se quando é preciso falar efalar quando é preciso calar-se." - Provérbio persaPara que as crianças compreendam a importância da discrição silenciosaquando deambulam pela natureza (em especial pelos bosques e pelas zonashúmidas), expliquem-lhes que os predadores silvestres não podem ir aosupermercado para se alimentarem. Todos conhecem bem a fome e para lheescaparem usam o silêncio como camuflagem acústica. A escassez de presas, ainexperiência, a fraqueza e as interferências negativas (quer provenham deperturbações antrópicas, ou de um sistema de alarme natural e concertado,fruto de uma atenta aliança anti-predatória, em que as aves costumam ter umdestacado papel), tornam a vida difícil aos que têm que caçar parasobreviver. Por exemplo, se uma gineta juvenil que, por já ter idade parasobreviver pelos seus próprios meios, foi recentemente tornada independentepela sua progenitora, tem dificuldades em aplicar os conhecimentos aprendidosno seio familiar, a fome provocada pelos primeiros falhanços até poderáagudizar-lhe os sentidos e a concentração, mas a sucessão de tentativasfrustradas também a enfraquece, diminuindo-lhe as chances de ser bem sucedida.A morte por inanição é comum entre os juvenis errantes.Podemos representar/teatralizar a cena dramática de uma gineta esfomeada aaproximar-se cautelosamente de um rato, sabendo que poderá ser essa a suaúltima oportunidade de comer e permanecer viva. O crepúsculo vai dando lugaràs estrelas. É lua nova. Os seus olhos estão adaptados a ver com o mínimode luz e os seus bigodes (vibriças, para os técnicos)indicam-lhe que o vento está a seu favor. A tensãoé tremenda. Cada movimento de aproximação é calculado com agonizantecuidado; quase deixa de respirar para que não seja detectada pelos sensíveisouvidos do roedor; os seus músculos são como molas contraídas prontas aexplodir em energia cinética. Quando está prestes a saltar sobre a presa, osilêncio do bosque é violado por um grupo de ruidosos excursionistas que,como se não bastassem as cantorias, ainda apontam as suas lanternas em todasas direcções procurando surpreender animais nocturnos. Previsivelmente,afugentam o rato da nossa estória, que procura refúgio na sua toca.
Proponho aos educadores que peçam às crianças que elaborem uma listagem dos sons que mais apreciam e, noutra coluna, também os que mais os incomodam. Depois de avaliarmos as respostas, procuraremos denominadores comuns a fim de tentarmos construir um ambiente sonoro mais confortável tanto na sala de aula como em casa.


* Um número elevado de materiais testados acusticamente (como, por exemplo, as pinhas) reverberam escalas pentatónicas. Ora, por todo o mundo a música popular é baseada em escalas pentatónicas. Também está provado que a estrutura do nosso sistema auditivo está optimamente adaptada a essas mesmas escalas. Não menos espantosas são as recentes descobertas no campo da microbiologia em relação a esta temática.


O investigador Joel Sternheimer provou haver uma relação entre as proteínas (dos códigos genéticos) e a música*. Um discípulo seu, Jean-Claude Perez, descobriu que o alfabeto (TCAG, correspondendo estas quatro letras a outros tantos aminoácidos) impresso no DNA da vida na Terra se ordena segundo harmonias semelhantes à célebre série numérica de Fibonacci. (Este brilhante matemático do Séc. XIII celebrizou-se sobretudo por ter descoberto uma série de números em que cada número em sucessão é o resultado da soma dos dois números precedentes, e também pelo seu “número de ouro” – 1,6180 - que reflecte como nós vemos a harmonia na natureza (ex.: na concha espiralada dos nautilos, nas escamas dos peixes, na forma como as árvores se ramificam, na distribuição das cores quentes e frias,…) e nas nossas obras arquitectónicas)
Assim, quando a bíblia nos diz que “no princípio era o verbo” (Genesis), talvez devêssemos reescrevê-la, dizendo que “no início estava a música – do silêncio, e qualquer ser vivo conhecido é um diapasão cósmico.

A síntese das proteínas de que necessita o nosso organismo pode ser facilitada se encontrarmos as músicas certas, ou seja, as músicas que harmonizam com as ondas emitidas pelos aminoácidos. Mas as músicas erradas têm um efeito contrário, inibindo a síntese das proteínas.



(Outra variante interessante do mesmo tema, para aqueles dias em que temos que ficar confinados entre paredes, será a reutilização de materiais que normalmente desprezamos como resíduos domésticos para fins artísticos.)
Tão festiva e criativa como a acção de moldar o barro, poderão ser as saídas de campo para o procurar. Outros minerais e vegetais (e até elementos animais, como os ovos), quando devidamente preparados, poderão originar pigmentos para a pintura.


Educação musical

"Se consegues andar, conseguirás dançar."Se consegues falar, conseguirás cantar." - provérbio do Zimbabwe
«Se não consegues manter os teus esquelos no armário, ao menos fá-los dançar.» - Bernard Shaw

o místico Rumi (que inspirou a confraria dos dançarinos Dervixes) costumava dizer que «a dança é o caminho mais curto para chegarmos a Deus.»
as crianças podem aprender a cantar e a dançarmesmo antes de aprenderem a falar e a andar. Desde que não se violentem as suas limitadas capacidades, estas actividades podem ser uma óptima série de exercícios respiratórios, de coordenação motora, de articulação das palavras e de noção de ritmo. Poderem pegar num estescópio, atentar e comparar os ritmos cardíacos (tomando nota individualmente) de todas as crianças da turma é uma boa maneira de serem iniciadas à noção de ritmo.

descoberta da musicalidade intrínseca das palavras dar-nos-á o mote para fazermos uma aproximação à poesia
as canções são um meio óptimo para a interiorização e difusão de informações.
Todas as crianças têm um gosto instintivo pela música e, mais especificamente, por cantar. Mas passada a idade (até aos 4, 5 anos) em que todos os comportamentos abebezados fazem os adultos sorrirem, cantar torna-se um comportamento inconveniente, a não ser em aulas de música, na solidão dos quartos, no chuveiro e noutros locais “apropriados” (ou seja, onde os adultos soturnos não os oiçam). Mais abébias só as conseguem as crianças às quais a natureza dotou/abençoou com talentos canoros afinados como maviosos trinados. Esta castração de epontaneidade deve-se a que a maioria dos adultos deixaram morrer em si o gosto por experimentar a música como uma celebração espontânea, intimidados e frustrados por serem incapazes de competir com os virtuosos bem treinados.


É importante que as crianças tenham ao seu alcance instrumentos (sobretudo de percursão) concebidos pelas culturas tradicionais de várias procedências à volta do mundo. Melhor ainda é ensiná-los a fazer os seus próprios instrumentos a partir de materias simples colectados na natureza, ou ainda reutilizando materias que comummente atiramos para o lixo.

A música e dança são ingredientes fundamentais e infalíveis para criarmos uma “conspiração de sorrisos”. Para além dos aspectos festivos/lúdicos e estéticos, é através destas artes as crianças tomarão consciência dos seus corpos, apurarão o equilíbrio, explorarão o seu espaço particular e comum, comungarão de liberdade de expressão e de coesão de grupo, animando-se mutuamente e fortalecendo a auto-estima.

«O meu povo é assim altivo; damos o nosso melhor durante a dança» – (Anónimo da tribo Makah, América do Norte)

A obsessão pelo virtuosismo e pela competição tem levado a que muitos conservatórios se convertam em fábricas de génios (inclusive para fins políticos, como se verificou durante a Guerra Fria). Após vários anos de treino intensivo, muitos jovens músicos acabam por rejeitar a sua truculenta educação musical, desenvolvendo até uma aversão visceral aos seus instrumentos e ressentimentos em relação aos adultos mais próximos – aos quais se esforçaram tanto por agradar - por sentirem que lhes roubaram a infância.«Aprende a reverenciar a noite, renunciando ao ordinário medo dela, pois, ao banirmos a [exploração] da noite das nossas experiências [conscientes], faremos igualmente desaparecer uma emoção religioas e uma disposição poética que dão profundidade à aventura da humanidade.» - Henry Beston
Muito divertido e educativo é ainda aprender a interagir com os animais imitando-lhes as vocalizações (com ou sem recurso a objectos manufacturados pelas crianças). Este jogo é especialmente interessante quando efectuado à noite, não só porque ao limitarmos o recurso ao nosso sentido mais apurado – a visão - deixaremos grande margem para a imaginação e para explorarmos os nossos outros sentidos geralmente pouco valorizados, mas também porque as temperaturas mais baixas e o aumento da humidade verificados de noite favorecem a propagação dos sons.


Treinar a memória auditiva é imprescindível a qualquer naturalista, tanto mais importante se desenvolverem as suas aptidões como melómanos, músicos, ornitólogos,…
Também é vivamente aconselhável realizarem-se celebrações ritualizadas que envolvam os familiares dos petizes (ex.: festa dos solstícios, dos equinócios, do magusto,…). Para tal é indispensável efectuar-se uma recolha de mitos e de jogos populares, bem como uma investigação do modo como outras civilizações (ex.: os celtas, os iberos, os árabes,…) que habitaram a península ibérica celebravam as suas ligações telúricas, tentando compreender a essência espiritual desses rituais.

No planeamento das tarefas de trabalhos manuais propostas pelos educadores, deveremos ter em conta que, se sabemos que nas actividades desportivas não podemos submeter as crianças à disciplina exaustiva de um atleta de alta competição, os olhos das crianças não devem ser forçados horas a fio com trabalho meticuloso. (basta pensarmos que vários anos “acorrentados” aos livros faz que grande parte de nós tenhamos passado a necessitar de óculos. E se necessitarmos de exemplos mais dramáticos, poderemos informarmo-nos sobre o que acontece em quantiosas fábricas asiáticas que empregam quase exclusivamente mão-de-obra infantil em tarefas que exigem um esforço enorme dos olhos. Em pouco anos as crianças são despedidas pois perdem irremediavelmente a sua acuidade visual.)
Uma actividade extremamente divertida e de inquestionável utilidade didáctica é a de calcorrear os campos colhendo o máximo de informação visual sobre todo o tipo de materiais, seres vivos silvestres , ou apenas pormenores destes, que despertem a atenção do observador atento. De volta à oficina, tentaremos reproduzi-los com uma escala diferente, dando-lhes uma componente prática para o nosso quotidiano (como é apanágio da Escola Soares dos Reis, no Porto). A olaria é o método ideal (por ser o barro versátil, extremamente dúctil e barato) para esta tarefa, mas a escultura em madeira poderá ser uma evolução de materiais muito interessante para adolescentes.
O caminho para a realização pessoal também passa pela formação de cidadãos conscientes e reivindicativos sobre o que é realmente essencial para aqualidade de vida dos indivíduos e da comunidade, começando pelo património natural.

PB

sábado, setembro 16, 2006

Ao invés de fazerem tantas viagens (à conta dos nossos impostos!) na sua demanda por um modelo de campo de golfe “adequado” à «Agenda 21» (pois, pois,…), a vereadora Gama-slides e o vereador Betoneirinha deveriam cá trazer o governador do estado(brasileiro) de Mato Grosso, Blairo Maggi, a fim de ele, em palestras e conferências de imprensa, possa dar argumentos os alpiarcenses (que o Rei maçon acredita serem desprovidos de cérebro – comido pelos comunas!) que acreditam que o Paul dos Patudos não passa de mato ao abandono sem mais valias e que, portanto, necessita de ser “composto” como um parque de diversões (lesa natura) para ricos… Afinal, o Sr Maggi (que é também um latifundiário dos maiores criadores de gado do mundo e responsável pela destruição d uma área da selva Amazónia maior do que Portugal) nega todas as evidências científicas (até as fotos por satélite) sobre a desflorestação; afirma que os ambientalistas deveriam ser todos enforcados, pois «estão ao serviço de uma cabala estrangeira que não deixa o seu país desenvolver-se» (só à conta desta aleivosia, o nosso rei vai-lhe oferecer um boletim de inscrição para a maçonaria…); e ainda que « a Amazónia é uma beleza morta», pois quando a sobrevoa durante horas não vê nenhum animal, concluindo que a selva «é muito rude até para os animais»(sic). Suponho que a fauna a que se refere são as suas imensas manadas de gado bovino… Foi esta mentalidade imbecil e forjada nos preceitos da tradição judaico-cristã que os europeus exportaram para todo o mundo, fazendo com que agora estejamos a viver um Armagedão ecológico.
PB

quarta-feira, setembro 13, 2006

Estórias de Educação Ambiental
(especialmente dedicadas a quem se queixa de que os meus textos são muito longos e que eu sou narcisista...)

Quando o naturalista, poeta, ensaísta, escritor, jornalista, educador ambiental, personalidade televisiva ligada à divulgação do patrimónionatural e agricultor biológico, Joaquín Araújo, escrevia regularmente para arevista espanhola "Integral", numa crónica especialmente comovente, contou sobre um costume seu de incitar alguns amigos que o visitavam na sua quinta a procurarem a árvore que mais os atraísse. Uma vez escolhida, atribuíam-lhe o nome da pessoa que a elegera. Uma das árvores que mais o cativara (tendo, inclusive, escrito muitos textos belíssimos à sombra da sua copa) era uma azinheira homónima da sua sobrinha. Mas a ligação entre elas duas tornou-se mais profunda do que a fonética/nomenclatura e até que os sentimentos efémeros, (re)unindo dois reinos que a ciência separou; duas entidades orgânicas e energéticas que as religiões ocidentais não admitem familiaridades. É que a menina tivera uma morte prematura, e as suas cinzas foram depositadas junto das raízes da sua árvore favorita - que continuou a dar amparo aos familiares que, com a chama do amor, continuam a manter viva a memória da criança. Joaquín Araújo termina essa crónica indagando-se sobre a razão de, ao invés de as nossas cinzas se tornarem árvores com nome, insistirmos em transformar as florestas em cinzas anónimas...

Há pouco mais de uma década, viajei com um pequeno grupo de portugueses até à Índia, mas primeiro tivemos que aterrar em Schipol/Amesterdão. Como o voo de ligação só partia no dia seguinte, vi-me na contingência de pernoitar na Holanda, onde fazia um frio de rachar naquele início de Dezembro. Afortunadamente, alguém tinha uns amigos que residiam naquele país. Avisados da nossa chegada, estes foram buscar-nos ao aeroporto e ofereceram-nos guarida na sua casa. Quando lá chegámos já estava de noite e eu mal espreitei pela janela do comboio entre o aeroporto e a casa dos nossos simpáticos anfitriões. O nosso avião partia cedo e, por isso, tivemos que sair de casa ao lusco-fusco. Para piorara as coisas, cobria-nos um tal nevoeiro que mantinha refém a noite e nos gelava até aos ossos, dando a impressão que seria possível cortar fatias do ar saturado com gotículas. Os halos fantasmagóricos dos candeeiros de rua não contribuíam muito para melhorar/abrilhantar a situação.
Os 5 minutos que esperei numa paragem de autocarros, ocupei-os a “namorar” uma árvore. Era uma espécie de carvalho que não cresce espontaneamente em Portugal, e que eu só vira uma vez no norte de Espanha. Por isso, apesar do seu porte modesto e de mal a poder ver, estava encantado por poder acariciar-lhe as poucas folhas que lhe restavam (pois era de folha caduca).
Foi esse o meu primeiro contacto com a Holanda e, além de não ter guardado quase nenhuma memória visual, saí de lá sem fazer ideia do nome da cidade onde pernoitara.
Dois anos mais tarde, a minha vida de andarilho desaguou na Holanda, onde vivi 7 meses.
Entre os meus amigos, sou conhecido por ter um bom sentido de orientação no campo (incluindo bosques cerrados), mas sinto-me perdido em qualquer metrópole, talvez por nestas últimas me sentir tão desconfortável que não consigo fixar pontos de referência que me sejam simpáticos, apenas desejando sair dali o mais rápido possível. Por isso, mal cheguei à cidade onde contava passar uns tempos, uma amiga prestou-se a ciceronear-me. Num estilo muito holandês, deu-me boleia no suporte porta-bagagens da sua bicicleta, e, enquanto pedalava pela cidade, ia apontando os estabelecimentos públicos que julgava me iriam ser de maior utilidade. Nada naquela monotonia aprumada de tijolo-burro e cimento me parecia familiar e atraente; o entusiasmo exilara-se dos meus olhos, até que, ao entrarmos numa avenida ladeada por árvores jovens – todas da mesma espécie, tamanho e forma semelhantes – eu pedi-lhe para parar a bicicleta. Apeei-me e corri para uma árvore que me despertara a atenção (embora parecesse igual às várias dezenas que se perfilavam naquela via). Ao manusear algumas das suas folhas, sorri e disse para os meus botões: «esta é a árvore com a qual travei amizade a caminho da Índia.»
Ainda hoje não sei como a reconheci com tanta facilidade, até porque, para além dos motivos já expostos, agora a sua copa estava toda vestida com uma folhagem de início de Verão. Mas não me enganei, pois, a partir daquela árvore, pude reconstituir (de forma quase automática ou intuitiva), por entre um labirinto de blocos de apartamentos semelhantes, os passos que me levaram ao apartamento (a uns 150 m da árvore) onde passara uma noite há um par de anos. Bati à porta e surgiram caras familiares e espantadas como eu estava. Uma delas até falava português. Tornei-me uma visita regular.
Seis anos depois encontrava-me a trabalhar numa quinta pedagógica em Espanha. Regressando da horta (biológica, claro), deparei-me com um recém-chegado grupo de crianças (urbanas) que tinha acabado de saborear um delicioso almoço campestre. Com os estômagos cheios e o calor primaveril a apertar, a maior parte deles preferiu fazer uma sesta. Mas um pequeno grupo de rebeldes decidiu ajudar a digestão explorando as imediações da casa. Foram estes que encontrei à volta de uma velha azinheira, ao lado do caminho florestal.
Provavelmente por terem assistido na véspera a um filme de acção estrelando um dos artistas marciais mais requisitados em Hollywood, os 4 rapazes (que teriam entre os 9 e os 12 anos) desferiam golpes contra a árvore, tentando, desajeitadamente, imitar a técnica dos seus heróis da violência. (Como não eram parvos ao ponto de se aleijarem despreocupadamente/deliberadamente , limitavam-se a acertar na árvore com paus e com as biqueiras das botas.) Ao ver aquele comportamento, dominou-se um misto de tristeza e de agastamento. Não podia passar ao lado fingindo indiferença, mas sabia que, quer os abordasse com um tom paternal-professoral, quer os repreendesse rispidamente, o mais certo seria que os pequenos rufias (habituados a desafiar autoridades ineptas e enfraquecidas, como forma de se afirmarem) gozassem com a minha cara e, mal eu lhes virasse costas, fariam ainda pior, sem que os meus argumentos os tivessem convencido minimamente. Então tive uma inspiração que, modéstia à parte, se revelou brilhante.
Apesar de nessa altura já ter transcorrido quase uma década desde que parei de praticar artes marciais de forma aplicada, ainda estava em condições de impressionar aqueles garotos (que fingiam ignorar-me). Parei junto deles e, mesmo antes de me apresentar (e sem ter o cuidado – fundamental – de fazer um prévio “aquecimento” muscular), executei uns golpes algo acrobáticos, na linha daquilo que eles fantasiavam ser capazes de fazer. Isso conquistou-lhes a atenção, deixando-os de queixo pendente. Foi o momento certo para me apresentar. Perguntei-lhes se queriam saber qual era o segredo da minha perícia atlético-marcial (ah, como eu detesto esta expressão inevitavelmente jactante). Como seria de esperar, responderam afirmativamente. Contei-lhes que, para além do treino e da capacidade de concentração, grande parte da minha energia provinha das árvores. (Se formos ao fundo da questão, até nem menti, embora eu tivesse preferido uma abordagem mais esotérica capaz de fascinar aqueles miúdos que só se deixam seduzir por figuras de ficção.) Eles olharam-me com cepticismo, mas permaneceram com um interesse bem vivo / expectante. Propus-lhes, então, que fizéssemos uma experiência capaz de tirar a limpo a minha inusitada afirmação. O que se seguiu foi uma versão telúrica daquele velho jogo (muito popular nas festas de estudantes universitários) que consiste em canalizar a energia do grupo, culminando no levantamento de uma pessoa (de uma forma demasiado fácil para as nossas conhecidas limitações musculares).
Expliquei-lhes que, como sempre tratara bem as árvores, elas retribuíam-me o amor, tornando-me mais forte, e que, se eles fizessem o mesmo, seriam capazes de erguer os colegas, tão alto quanto os seus braços fossem capazes de se esticar e utilizando apenas um par de dedos. Os miúdos entreolharam-se, desconfiando que eu os estava a tomar por tontos, preparando-me para lhes pregar uma partida e rir-me à custa da sua ingenuidade pueril. Instintivamente, franziram os sobrolhos e apertaram as pálpebras como fazem os míopes, tentando descortinar a minha expressão facial e toda a linguagem corporal, à procura de sinais de mentira. Como eu mantive uma expressão de convicção serena, aceitaram a minha proposta de colocarmos todos as mãos na árvore que eles, um pouco antes, tinham tomado por um saco de porrada. Disse-lhes que a árvore provavelmente estaria ofendida pela maneira rude como acabara de ser tratada, mas que, por sorte, as árvores são seres extremamente generosos e, como tal, não nos negaria a sua energia, sabendo que os miúdos não tinham, agido por mal. Fiz uma ressalva para que, caso não fosse bem sucedida a experiência por mim conduzida, não nos deveríamos sentir mal por isso; simplesmente teríamos que tentar mais tarde, realçando que nada de mal nos aconteceria se tivéssemos a coragem de acreditar que teríamos sucesso.
Começámos por experimentar levantar o garoto mais pesado usando apenas os nossos dedos indicadores. Previsivelmente, o resultado não foi espectacular. Pedi-lhes que, se queriam que resultasse, teriam que colocar as mãos na árvore e fazer o que eu lhes pedisse. Quando as palmas das nossas mãos estavam encostadas ao tronco da árvore, perguntei-lhes se conseguiam sentir que aquele era um ser vivo, mas que tampouco se preocupassem se não o conseguissem; demora o seu tempo a desenvolvermos essa capacidade. Ficámos concentrados, em silêncio, por cerca de um minuto. De seguida, pedi-lhes que nos déssemos as mãos à volta da árvore, continuando com a mesma atitude de seriedade ritual. Depois pedi ao rapaz gorducho para se sentar numa pedra junto da árvore. Aos outros pedi que para que sobrepuséssemos, de forma intercalada, as nossas mãos sobre a sua cabeça (mas sem lhe tocarmos), formando uma pilha fraternal de dígitos. Reiterei na necessidade de fazermos silêncio absoluto e acrescentei que deveria fechar os olhos de forma a aumentarem a concentração, garantindo-lhes que podiam confiar em mim, e que nos aproximávamos do desfecho da experiência que os iria impressionar imenso. Quando intui que estávamos preparados, dando o exemplo, pedi-lhes que cada um unisse os indicadores, mantendo os outros dedos entrelaçados, e que os colocassem nos sovacos e nas dobras interiores dos joelhos do miúdo com excesso de peso, e, contando até 3, levantámo-lo como se ele não pesasse mais do que a refeição que tinha acabado de ingerir.
Parecia que os corações dos rapazes lhes queriam saltar pelas bocas. Estavam deslumbrados e até algo assustados, como se eu tivesse aberto a porta da dimensão mágica onde vivem os seus heróis de ficção. Os seus olhos esbugalhados/arregalados, saltavam, frenéticos, entre nós e a árvore – esta última tinha subitamente ganho um estatuto de admiração que reservamos para o âmbito da teologia.
Despedi-me, dizendo-lhes que mais tarde iria passear com eles, mostrando-lhes coisas bonitas no campo. Segui caminho com a reconfortante esperança de que aquelas crianças tão cedo não maltratariam árvores.
Antes de partirem, ainda tive a oportunidade de lhes emprestar uns estetoscópios para que pudessem ouvir as árvores a bombearem a sua seiva, bem como a actividade dos invertebrados que vivem sob a casca, além de termos repetido a experiência da canalização da energia (sem que os miúdos mais pesados fossem relegados para a função de peso-morto). Expliquei-lhes que esta também funcionava sem recorrerem à energia das árvores, mas que os resultados seriam melhores da maneira como a tínhamos feito, até porque é purificadora a energia das plantas e, se as respeitarem, tornar-se-iam pessoas melhores. Um óptimo jogo para nos ajudar a reconhecer a individualidade das árvoresconsiste em prescindirmos do sentido que mais prezamos e de que maisdependemos: a visão. Agrupamos as crianças (embora gente de todos osescalões etários podem e devem fazer esta experiência enriquecedora,original e divertida) aos pares: uma terá os olhos vendados e a outra será asua guia. Esta última terá a responsabilidade de conduzir o/a companheiro/a (cuidando do seu bem estar, não abusando da sua vulnerabilidade) até umaárvore (que esteja a, pelo menos, 15 metros de distância e inserida numaárea florestada). Uma vez alcançada, a criança temporariamente privada davisão deverá ser encorajada a fazer uma minuciosa exploração dereconhecimento da árvore, recorrendo aos seus outros sentidos. A melhormaneira de a ajudarmos nesse processo de descoberta e memorização (ex.: a forma, a textura, o cheiro,...) é fazendo-lhe perguntas do género:«consegues abraçá-la completamente?» Se não, «imaginas qual é o seudiâmetro (grossura), circundando-a sem deixar de a abraçar?»; «é maciça ou oca?»; «é uma árvore viva ou morta?»; «será mais velha que tu? Porquê?»; «a que altura estão os primeiros ramos?» (Para responder a esta questão, poderá ser necessário pegar na criança ao colo, soerguendo-a até as suas mãos tocarem nos ramos). « A casca é macia ou áspera?» ; « tem um lado mais húmido que o outro?»; «tem cheiro?» Se sim, «o da casca é diferente do das folhas (ou agulhas)?»; «que seres vivem nela?» para responder a esta pergunta, deverá ter uma experiência dúctil / táctil com os líquenes e com os musgos (caso os haja, evidentemente). As crianças gostam muito de, com a pele sensível da cara, trocarem carícias com o musgo húmido. Também deverá concentrar-se em tentar ouvir as aves (através das suas vocalizações, poderemos tentar imaginar, geralmente com bastante acuidade, o tamanho que elas têm) ou, eventualmente, as actividades dos insectos.
As crianças deverão tomar o seu tempo, de forma não competitiva, até que consideram satisfatória a sua exploração/reconhecimento invisual (mas muito estimulante para os outros sentidos quotidianamente substimados). Depois será conduzida de volta ao ponto de partida, mas tendo o cuidado de lhe darmos uma voltas desorientadoras. Quando remover a venda, terá que partir ao encontro da "sua" árvore. Uma vez descoberta, trocará de papéis com a criança que lhe serviu de guia .Este tipo de emoções deverão preceder e servir de cadinho aos conhecimentos taxonómicos. Saber o nome e pormenores fisionómicos de algumas pessoas diz-nos pouco sobre a melhor maneira de nos relacionarmos com elas. Como diz o povo: «há muitas Marias na terra», mas todas têm personalidades e histórias pessoais diferentes, inclusive as gémeas idênticas. O mesmo se passa com as criaturas silvestres. Não é por servos pouco versados em hidrologia, nem por desconhecermos o nome de um ribeiro de montanha que ficaremos impedidosde nele matarmos a sede, mitigarmos o calor e de sermos contagiados pela sua beleza e serenidade cantarolante. Se formos capazes de desfrutar de tudo isto, seremos mais activos (e menos vulneráveis à corrupção) na defesa desse património natural.Um educador ambiental tem que nutrir um amor sincero pela natureza e saber partilhá-lo, de forma contagiosamente entusiasta, honesta e com uma grande dose de sentido de humor. Isto também significa saber ouvir, não desprezando as reacções e observações dos seus interlocutores, mesmo que as considere erradas. Devemos sempre incitar à curiosidade e à participação construtiva. É preciso estarmos disponíveis para as crianças, mas sem as asfixiarmos com atenções, tarefas e a obsessiva imposição de conhecimentos científicos. É preciso os educadores terem "jogo de cintura" para saberem interpretar e adaptar tanto as informações teóricas como a metodologia à realidade socio-económica de cada grupo, bem como ao estado de ânimo de cada criança em particular (para tal, necessitamos de um ensino mais personalizado, afectuoso e com respeito idiossincrático)


PB